En los últimos años el concepto red social ha empezado a formar parte de nuestras vidas de una forma tan imperante que parece que ha llegado para quedarse, y no sólo en las nuevas generaciones, esas que por definición suelen ser las más habituadas a las nuevas tecnologías y a Internet, sino para todas las generaciones. Adultos y mayores que han visto en este nuevo instrumento de la era digital la posibilidad de hacerse un hueco, aprender cosas y nuevas, y por qué no, de reencontrarse con amistades pasadas, entre otros usos.

Pero… ¿tienen estas redes fecha de caducidad? ¿El esperado o pronosticado fin de Facebook, entre otros, va a dejar paso a nuevos instrumentos de comunicación?

Pues eso parece con WhatsApp. ¿Podremos catalogar en breve a esta app móvil como la nueva red social del “futuro”? (léase la palabra futuro como un periodo no superior a un par de meses)

Quizá suene un tanto extraño, ya que el uso habitual que le damos a esta aplicación de mensajería instantánea, que vino a revolucionar el mundo de los (ya casi ni reconocidos) SMS, es más íntimo, o al menos no para un uso tan comercial (por ahora). Con el WhatsApp nos relacionamos con aquellos contactos con quienes tenemos una relación más estrecha, y por lo general mantenemos conversaciones más íntimas. Repito: por lo general.

Pero esto está cambiando, está naciendo una nueva generación de redes sociales enfocada a los dispositivos móviles, ya que el WhatsApp está evolucionando: En la actualidad ya podemos compartir fotos, localizaciones, subir vídeos, crear grupos y más grupos, cambiarnos de estado, añadir una foto de perfil… ¿No lo hacemos también en las demás redes sociales?

Quizá nos falte algo más para continuar... Quizá podamos afirmar que la principal diferencia es que sigue siendo un lugar sin marcas. ¿Seguro? Pues, ¡ya no!

Pringles se ha lanzado, como primera marca española, a utilizar WhatsApp como una herramienta más de marketing. ¿Cómo? Organizando la nueva edición del concurso “Campus Pringles” para seleccionar a los graduados del próximo año que serán embajadores de la marca en redes sociales, a cambio de un sueldo aproximado de 1.000€/mes. Resulta tentador.

La dinámica del juego es sencilla: los usuarios que quieran participar deberán superar cinco mini retos, entre ellos la prueba “Whatsapp de guasa”, que consiste en enviar al móvil de Mr. Pringles un mensaje creativo utilizando los emoticonos que nos ofrece la app de mensajería. Además, necesitarán que un número de usuarios escaneen un código QR o seguir pistas que les facilita la marca mediante una llamada de teléfono que les puede llegar en cualquier momento, entre otros.

Pero aún podemos encontrar más casos: la compañía española iloveaceite ha incorporado a su plataforma de comercio electrónico el sistema de mensajería de WhatsApp para poder realizar pedidos de su gama de productos o para hacer consultas, con el simple uso del móvil. ¿Qué consiguen con esto? Que la compra se realice de forma mucho más rápida y de forma más ágil ya que el usuario no necesita estar en el ordenador.

Adaptar el negocio cada vez más a los dispositivos móviles se presenta como la vía a seguir, para buscar todos las oportunidades que este servicio nos ofrece. Pero, ¿seremos capaces de trasladarnos?. Quizá esta nueva vía puede suponer un nuevo campo de batalla para robar cada vez más minutos de conexión de los usuarios a las redes sociales (habituales), la guerra está servida.

¿Cuál será el siguiente paso? Se admiten apuestas…