Que las tendencias de compra han ido evolucionando a lo largo de los años ya no sorprende a nadie. De hecho, según un estudio de PwC sobre el mercado retail en España, casi el 20% de los españoles compra online al menos una vez por semana.
Pero… ¿dónde compran estos consumidores? Os mostramos los 4 modelos de ecommerce en la era digital que han revolucionado el consumo.
Full price e-shop… o el ecommerce “de toda la vida”
Cuando “de toda la vida” se refiere a los últimos 10 años. Los ecommerce más tradicionales son el primer paso de los offliners (comercios físicos) hacia el mundo online.
Típicamente, el consumidor se encontrará con un listado de productos en el ecommerce. La ficha de producto suele incluir el precio y un CTA para enviar el producto a un carrito virtual.
Una vez en el carrito, estos ecommerce informan sobre los gastos de envío y sobre la fecha de entrega. Los métodos de pago pueden variar desde una trasferencia bancaria hasta pagos por PayPal o con tarjeta de crédito.
Por supuesto, este modelo lo usan sobre todo los big retailers, ya que la competencia es global y los costes de operaciones y marketing muy elevados (no todo el mundo puede permitirse la infraestructura de Zara, vaya)
El consumidor se encuentra con una marca en la que confía (normalmente, en un retailer que ya está funcionando offline)... ¡pero a mejores precios!
Lo tenemos claro: el acceso a un nuevo nicho de mercado. Los compradores online son cada vez más jugosos para las marcas - y merece la pena intentar captar esos consumidores.
Flash sale: la vida es espuni
Otra verdad universal del mundo en el que vivimos es que todo va más rápido. Mucho más rápido.
Privalia o Vente Privee son las pioneras en este modelo de venta online. La principal característica radica en que las los productos se ofrecen por un tiempo limitado (una semana, diez días, 24 horas).
Además, suelen ser páginas que requieren un registro: se busca la exclusividad… y una base de datos.
El resto del proceso es igual que los ecommerce tradicionales: carrito, forma de pago, gastos de envío.
¿Los riegos? La limitación de inventario (aunque veremos a continuación que podemos convertirlo en una ventaja).
Si la compra online ya ofrece descuentos interesantes, las ventas en flash sales se basan en el hard discount de marcas de media y alta gama.
Este tipo de páginas es donde el consumidor encuentra sus Ray Ban del momento o los Levis más hipsters al 70% de descuento.
Como veíamos antes, el inventario es limitado. Por un lado, podemos caer en la no-provisión de producto, cierto. Por el otro lado, rotamos los stocks muy rápidamente: incrementado el cash flow y disminuyendo los costes de almacenamiento.
Consumo colaborativo: comprar es compartir
Es una máxima en este nuevo mundo digital. Las redes sociales nos han enseñado a difundir nuestra vida, viajes, nuestras piernas en la playa.
Era cuestión de tiempo que los negocios empezasen a ser colaborativos. Desde modelos share (como Uber o Blablacar) hasta modelos sell (como la veterana Ebay o Wallapop).
Los primeros se basan en compartir un activo (un coche, un barco) a cambio de dinero. Los segundos son las nuevas tiendas de segunda mano… pero sin intermediarios.
El principal inconveniente que se pueden encontrar (y así lo estamos viendo en las noticias) son las barreras legales que pueda haber en los países. Por ejemplo, en España es muy conocida la disputa de Uber con taxistas.
El consumidor se transforma en este modelo de consumo: se vuelve retailer. De esta forma, el resto de compradores pueden acceder a artículos a un precio muy inferior.
La principal ventaja para los fabricantes es la de compartir el coste y el riesgo de un activo entre muchos usuarios.
Además, si tu producto está en Ebay, sabes que tiene éxito ¿alguien compraría algo de segunda mano si no fuera muy necesario?
Cashback: comprar es ganar
La último en cuanto a compras online es ganar dinero mientras compras.
Plataformas como Consupermiso cuenta con una sección especial donde listan todas las ofertas que tienen. Normalmente, suelen devolver un porcentaje (que acuerdan con la marca) sobre el valor de la compra - aunque también pueden devolver una cantidad fija.
Por ejemplo, si realizas una compra por valor de 100€ en Sarenza, el portal de cashback te devuelve el 6,4% (para los despistados: 6,40€). O por reservar en Port Aventura te devuelven 10€.
Típicamente, tendrás que acceder a la página del ecommerce a través de un enlace con un montón de caracteres raros que recogerán los datos de tu compra. De esta forma, irás acumulando cash como Carmen Lomana.
Podrás escoger entre retirar los fondos (a través de una transferencia bancaria, por ejemplo) o usarlos para seguir comprando.
La ventaja más obvia… ganas dinero mientra compras. El truco está en identificar las necesidades reales. ¿Necesitas esas Stan Smith? ¿Sí? Entonces es cuando buscas un portal de cashback.
A nivel de costes de marketing, las marcas pagan las campañas de cashback a CPA. Es decir, por adquisición. Se aseguran resultados sin arriesgar la inversión.
Además, los usuarios o compradores a través de portales de cashback suelen estar más… motivados (recordamos: les pagan por comprar).
Estos son solo algunos de los modelos que han revolucionado la forma de comprar en internet. Pero vosotros, ¿dónde os metéis para comprar en internet? ¿Cuál es vuestra forma favorita de consumir, consumir, consumir?
¡Contadnos en comentarios!
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