Al igual que la tecnología alrededor de la industria del videojuego ha pasado en menos de 10 años del desarrollo del gamepad a la realidad aumentada, pasando por el Kinnect; el propio concepto ha ido desenvolviéndose en nuevos escenarios a medida que los públicos han desarrollado otra predisposición psicológica para participar en dinámicas de entretemiento diferentes. La última vuelta de tuerca es su aplicación al marketing para públicos internos (empleados) y externos (cliente final), bajo el claim: "anima a tu público a llevar a cabo tareas que normalmente considerarían aburridas".
Algunos de los que ya han acuñado el término han sido la entidad Gartner Research, que lo incluyó en su listado anual de tecnologías emergentes o Al Gore, exvicepresidente de Estados Unidos, gurú de internet y reconocido ecologista (ahí es nada), que además apostillaba sobre la capacidad de negocio en esta área: “los juegos son la nueva realidad”. También lo han hecho ya "personalidades" del ámbito Social Media, desde el máster Jeremiah Owyuan hasta publicaciones del sector como The Next Web (se atrevieron a ponerlo en marcha).
¿Qué es Gamification?
Entrando en detalle, gamification o funware se basa en la aplicación de técnicas de diseño, pensamiento y mecánicas de juego en contextos no vinculados al ocio, con la idea de aportar un tributo lúdico a una actividad. Son acciones pensadas para incentivar la consecución de un objetivo mediante obsequios.
La idea sería utilizar el pensamiento y la forma de actuar en los juegos (y videojuegos) para la resolución de problemas cotidianos, por ejemplo ir a trabajar, realizar la compra... Vamos a sacarle partido:
Desde un punto de vista marketiniano, son dos las vertientes empresariales desde las que aplicar mecanismos de gamification:
A jugar!
Ya hace tiempo que estas técnicas de jueguización (así es como muchos lo han traducido al castellano) se emplean en entornos como la educación; ahora su implementación traspasa las fronteras y se lanza a la conquista de una nueva generación de empresas. Ejemplos de ello son:
A todos estos proyectos se les une la aparición de empresas como Badgeville, Big Door o BunchBal, que proporcionan a las marcas soluciones de software para incorporar estas técnicas a través de la web. El concepto ya no es sólo un juego, se ha convertido en una nueva área de negocio en la que queda mucho por decir.
¿Una partidita? :)