Y lo cierto es que la web es de naturaleza flexible, han sido los largos años de sobremesas y grandes pantallas de bajas resoluciones las que nos han acostumbrado a unos tamaños fijos, y nos han vuelto rígidos tanto en la forma, como en los procesos de desarrollo.
En esta situación, donde cada día aparecen nuevos dispositivos y vías de acceso a la web, el Responsive Web Design no surge como una tendencia o moda, es la solución a un problema.
Responsive Web Design (Diseño Web Adaptativo) es diseñar y planificar los contenidos para cada contexto de uso. La idea es simple: un sitio web (una página, un contenido, un solo desarrollo) que se adapta a cada dispositivo, pantalla y orientación llevando al usuario, con total transparencia, la mejor experiencia posible.
El RWD no es nuevo, pero es ahora cuando está claro que llegó para quedarse, desde el aumento de accesos y consumo de contenido desde estos dispositivos, hasta la aceptación de las media queries por el W3C, podemos variar el aspecto y estructura de los contenidos según dispositivos.
Se trata de mantener la experiencia de usuario uniforme y coherente, una sola dirección donde dirigirse a un contenido único, sin importar el dispositivo desde el que accedamos.
El usuario podrá acceder al contenido sin preocuparse si esta en el móvil, tablet o pc y lo visualizará de la mejor forma posible, no solo estamos adaptando el contenido al dispositivo, estamos adaptando el contenido al usuario y su contexto de uso.
Como empresa, permite mantener el control sobre cómo se presenta la información al usuario en cada dispositivo, controlar la jerarquía de la información y variar el layout, por ejemplo, cambiando la posición de elementos como el Call to action para mantenerlo siempre visible, o aumentar su tamaño para hacerlo fácilmente accesible en dispositivos táctiles. Evitando que el contenido, y por tanto el mensaje, llegue incompleto al usuario.
Además permite desde omitir información no relevante en los dispositivos de menores dimensiones, hasta servir imágenes de mayor calidad en las nuevas pantallas retina.
El RWD puede, en un principio, aumentar la complejidad, los tiempos de desarrollo y testeo, pero con una adecuada planificación, será más rentable que desarrollar y mantener soluciones específicas, cuando además es posible que éstas no cubran todas nuestras necesidades.
Cada proyecto con un enfoque Responsive ha de plantearse y planificarse desde las primeras fases y hace necesario un entorno de desarrollo ágil. La clave es testear desde el principio y lo máximo posible durante todo el proceso hasta el final.
En definitiva, el RWD permite controlar y optimizar la experiencia online, mejorando en consecuencia la calidad y efectividad de nuestros sitios web.