En un Internet cada vez más encaminado hacia el vídeo como canal de comunicación, son varias las marcas que descubren con sorpresa que sus nombres están pillados por usuarios anónimos o, quién sabe, listillos que supieron aprovechar la ocasión.
La primera reacción de las marcas es querer recuperarla (“Es mi nombre”, dicen). Pero primero de todo deben recordar que el nombre del canal es simplemente el nombre de un usuario, que crea una URL que le pertenece sólo a Youtube y que Youtube no le debe nada a la marca. El usuario simplemente ha sido más rápido.
ERGO… por defecto, Youtube no va a quitarle a un usuario su canal para dárselo a una marca.
Pero el tener contacto directo con Google tiene sus ventajas… Y, cuando se habla de marcas, en consecuencia, publicidad, en consecuencia, dinero… se entiende que Youtube pueda mostrarse sensible a las necesidades de las marcas a la hora de intentar recuperar su usuario.
Vaya por delante que este proceso sólo vale si tenéis contacto directo con Google, como es nuestro caso.
Hace falta escribirle un mail desde un correo oficial de la marca (para que puedan fiarse de que el que lo pide es realmente de la marca). Este correo, en caso de éxito, sería el que gestione el canal.
Seguidamente lo que hace Youtube es ponerse en contacto con el usuario ladrón de nombre y hay tres posibilidades:
En todo caso, lo más habitual es que el mail exista o el usuario responda y no quiera quedarse sin canal. Pero, al menos, abre el camino para una posible recuperacion de identidad, sobre todo en casos de canales donde nunca se han subido vídeos o llevan más de un año sin actualizar.
La alternativa: ponerse otro nombre de usuario y convertir el canal en oficial no necesariamente por su nombre, sino por su estética y contenido.