Hace unos años pude estudiar la participación política de personas socializadas políticamente durante la dictadura y compararla a la de quienes lo hicimos en democracia. A la categórica “los jóvenes de hoy no tenéis valores, ni principios, no lucháis, ni os implicáis”, la respuesta es clara: lo hacemos de otra forma. En la generación de nuestros padres hay una mayor aceptación y uso del voto como herramienta para expresarse e intervenir. Nosotros somos más abstencionistas, pero más propensos a participar en manifestaciones, por ejemplo.
Así que cuando uno piensa en ese correo electrónico que todos hemos recibido para solicitar que nadie consuma un producto cuyo código de barras es de aquí o de allá, o lo fácil que es suscribir y distribuir una petición de Actuable, percibe que el espíritu de participar sigue y seguirá.
Sabemos además que Internet ha contribuido a que un mensaje individual lanzado desde una plataforma modesta pueda impactar de forma masiva. Pero, ¿son más efectivas estas formas de participación? Por el momento parece que no:
Estos días circula por la red esta imagen:
Más que preguntarnos si todo el que está de acuerdo con el texto lo compartirá en sus cuentas activas, cabría reflexionar que:
Actualmente no podemos acceder a esta información, así que podemos asegurar que se está ganando eficiencia, pero va a seguir costando comprobar la efectividad de las iniciativas a través de estos medios. Una vez más, toca esperar.
¿Habéis utilizado soportes digitales para participar políticamente? ¿Habéis incluido el reloj de arena en vuestros avatares para mostrar vuestro apoyo a Wikileaks?
Imagen | denegro