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La Dieta Informativa, propósito estrella para el nuevo año

Escrito por Francesc-gomez | 13 de diciembre de 2011 13:28:15 Z

 

Cada año, durante las fiestas de Navidad, cometemos excesos con la comida y la bebida, tranquilizando nuestra conciencia prometiéndonos que seguiremos dietas y hábitos más saludables el año siguiente. Nuestros ancestros nunca tuvieron ese problema, ya que por lo general el alimento nunca ha sido un bien tan abundante y fácil de conseguir como en nuestros días.

Pero esto no solo sucede con los alimentos: En los últimos años, hemos visto cómo otro bien que acostumbraba a ser escaso, se ha multiplicado por doquier y se nos presenta en múltiples apetitosas formas a un coste cada vez menor: la información.

En estos años, muchos de nosotros nos hemos lanzado a devorar todo lo que salía a nuestro paso, sorprendidos de encontrar alimento intelectual a precio de saldo en cada esquina de la web. Pero igual que la facilidad para adquirir comida no justifica que comamos "a discreción", tampoco la abundancia de información justifica que podamos consumirla sin orden ni freno. Hemos de aprender a seleccionar las fuentes y controlar la gula informativa, igual que aprendemos a pasar de largo del McDonald's sin comprar una hamburguesa... incluso si están al irrisorio precio de 1€.


La primera vez que oí hablar de las dietas informativas fue en el 2009, cuando asistí estupefacto al harakiri digital de Carlos Mantero, omnipresente en los eventos relacionados con el marketing digital en Barcelona (cuando se podían contar los eventos con los dedos de una mano) y un auténtico torbellino de contenidos en las redes sociales. Un buen día decidió empezar un ayuno digital que se prolongó durante meses y meses y que ha culminado en una vuelta al ruedo con una silueta digital mucho más esbelta.

Tres años más tarde, los usuarios activos en redes sociales se han multiplicado exponencialmente y no han dejado de aparecer blogs, e-books, plataformas y medios de comunicación que generan más y más contenido cada día y que por lo general lo ofrecen gratis o a un precio muy asequible. Sin ir más lejos, no hace mucho anunciaron desde Google que cada dos días generábamos la misma cantidad de información que la que se había generado desde el albor de la humanidad hasta el 2003. Además, por si esto no fuera suficiente, también se han incrementado los tipos de dispositivos desde los que se puede acceder a ella. Al ordenador de sobremesa se le han de sumar los smartphones, las tabletas, los e-readers... Es normal por tanto que los casos de sobrealimentación informativa se hayan extendido y que comiencen a aparecer los primeros dietistas con una colección de trucos y recetas para evitar la obesidad y el empacho digital:

De entre todos ellos, he seguido un poco más de cerca el caso de Leo Babauta, escritor estadounidense que ha destacado por aplicar principios zen y minimalistas al naciente estilo de vida digital. Su libro "Focus" ha influido sobre miles de personas y puede obtenerse una copia en PDF de manera totalmente gratuita. A la estela de esta iniciativa, está previsto para el próximo año el lanzamiento de "The Information Diet" de Clay A. Johnson. En España he leído reflexiones muy interesantes sobre estos conceptos a Berto Peña, si bien se posiciona más como un especialista en productividad en general, sin focalizarse en hábitos y dietas digitales.

Y vosotros, ¿también creéis que ha llegado el momento de empezar el 2012 con una dieta digital más saludable?

 

Flickr | David Reber